Veamos soluciones de accesibilidad y eliminación de barreras arquitectónicas en edificios de Coruña. Cada vez son más las comunidades de propietarios interesadas en mejorar la accesibilidad de sus edificios instalando ascensores, colocando plataformas salvaescaleras, o utilizando simples sillas eléctricas, para que personas con movilidad reducida puedan entrar y salir con comodidad.
Resumen
- 1 ¿Es necesario contratar en Coruña a un técnico especializado en Accesibilidad de edificios?
- 2 Qué dice el reglamento de accesibilidad de Galicia sobre pendiente máxima en rampas para minusválidos
- 3 Chapuzas en obras de accesibilidad y eliminación de barreras arquitectónicas en Coruna
- 4 Otras imágenes sobre la mala eliminación de barreras arquitectónicas en el interior de edificios
- 5 Soluciones mecánicas: Plataformas y sillas salvaescaleras
- 6 Diferencias entre plataforma salvaescaleras y silla salvaescaleras.
- 7 LEY 10/2014, de 3 de diciembre, de accesibilidad.
¿Es necesario contratar en Coruña a un técnico especializado en Accesibilidad de edificios?
Estos días me fijé en como resolvieron algunos edificios de Coruña el problema de la accesibilidad. Y la verdad es que, aunque hay portales muy bien resueltos, pero hay otros que causan vergüenza ajena: chapuzas absolutas realizadas para salir del paso y no complicarse la vida.
Lo malo es que esa chapuza ya queda ahí para siempre. Los vecinos se enfadan, con razón. Pero a la empresa que ejecutó la obra le importa un bledo.
Voy a comentar mis impresiones personales sobre algunos portales que me he encontrado por la ciudad donde me muevo, Coruña, y qué otras soluciones existen para que el portal hubiera quedado, no sólo con mejor aspecto, sino más fácilmente accesible.
Si, es necesario contratar en Coruña a un técnico especializado en accesibilidad. Para ejecutar una obra con todas las garantías y no hacer una chapuza. Porque corremos el riesgo de encontrar rampas imposibles para minusválidos que son auténticas pistas de patinaje.
Opinión de Jony-Chapuzas: «¿Hay poner una rampa? La construyo como me da la gana, qué más da, total los vecinos no tienen ni idea. Y la revisto de granito deslizante, para que resbalen los días de lluvia, jajaja.»
Esa es la única razón por la que nos encontramos rampas en portales con hasta un 30% de pendiente o más.
Y esto es peligrosísimo.
Qué dice el reglamento de accesibilidad de Galicia sobre pendiente máxima en rampas para minusválidos
La normativa gallega establece un máximo de 12% para ese tipo de rampas, por las que a veces ni siquiera un madre con el carrito del bebé puede subir cómodamente.
- Se construye sin pensar en los usuarios finales.
- Ya se las apañarán ellos solos.
- Y es que la sociedad trata a los minusválidos como ciudadanos de segunda.
- Se les priva del derecho a llegar.
- Del derecho acceder.
- Como son pocos, no vale la pena romperse la cabeza con el tema de la accesilibilidad.
Pero conviene recordar que cualquiera de nosotros podemos vernos algún día en esa situación.
Basta con pasarse por cualquier sección de lesionados modulares de un hospital, para ver a gente, chicos jóvenes, que por culpa de «aquella noche», ahora se ven parapléjicos, sentados en una silla de ruedas de por vida.
Y no se lo creen. Ese camino no estaba previsto en su vida.
Y esa rampita, o ese elevador, al que antes daba poca importancia e incluso veía como un armatroste, ahora lo va a acabar viendo como una prioridad en su vida.
Y es que además, una rampa no solamente da servicio a minusválidos. Gente anciana a que le cuesta subir escaleras, personas con sobrepeso, etc, ven la escalinata hacia el rellano de los ascensores como quien observa el ascenso al Everest.
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Chapuzas en obras de accesibilidad y eliminación de barreras arquitectónicas en Coruna
La siguiente fotografía muestra el portal de un edificio ubicado en la calle Sinforiano Lopez, aquí en Coruña.

Aunque por la perspectiva no se aprecia claramente, delante de la puerta hay una rampa.
Se supone que está ahí para facilitar la entrada a una persona en silla de ruedas.
Sin embargo la rampa no remata de forma suave contra la acera, sino que han dejado un escalón. Un usuario en silla de ruedas ya no puede subir por ahí por sus propios medios.
Lo mismo sucede con el portal de la imagen siguiente.

Aquí también tenemos una puerta de entrada con rampa que tampoco llega a la acera.
¿Por qué construyen entonces esas rampas?
O haces una entrada accesible o no la haces, pero una cosa «a medias» solo trasmite incompetencia.
Los que construyeron el portal sabían que había que hacer rampa. Pero el «para qué,» es otra historia. Para la lluvia, pensaron. Así cuando llueve el agua sale rápido para fuera.
Estas portales se podían haber ejecutado de muchas otras maneras:
- retrasar la puerta y hacer una rampa desde la acera más suave,
- bajar el portal a cota de acera,
- Instalar un salvaescaleras (que no merece la pena para tan poca altura)
- etc..
Pero claro, eso implicaría gastar más dinero y dedicar más tiempo a la obra. Así que mejor dejarlo así, que hasta queda simpático.
(Ya verás Manolo, ya verás cuando venga el del 6ºA, sí..sí.. el de la silla de ruedas. Ya verás que risas nos echamos todos).
Para compensar esas «pequeñas desfeitas«, adjunto la siguiente imagen, en donde vemos otro portal con una rampa que quizá no sea la más estética del mundo, pero que al menos se puede usar.
Tiene un correcto arranque desde la acera y un plano horizontal delante de la puerta, para que un minusválido pueda pararse y abrir la puerta sin problemas.
Quizá podía haberse resuelto mejor el encuentro entre rampa y peldaños, pero al menos es una solución que cumple su función.

Pero sigamos con las chapuzas.
La imagen que vemos a continuación, pertenece a una entrada habilitada para minusválidos en una entidad bancaria junto a la plaza de Palloza.

El error cometido es que aunque la rampa es cómoda de utilizar, no se dejó un espacio horizontal junto a la puerta.
Esto no es un detalle sin importancia.
El minusválido no puede detener la silla para abrir, sino que tiene que emplear una mano para evitar que la silla ruede hacia atrás cuesta abajo, mientras que con la otra mano intenta abrir la puerta.
Es una maniobra muy incómoda, que sólo la conocen quienes tienen que sufrirla.
Además, en caso de que quieran dar la vuelta y volver por donde vinieron, no tienen espacio para hacerlo, sino que tiene que entrar en el edificio y volver a salir.
La rampa ha sido mal ejecutada. Y no tiene justificación. Había espacio de sobra para hacer las cosas bien.
En la imagen siguiente vemos lo mismo, pero «a lo bestia».

La fotografía corresponde a la entrada del Centro de Salud del barrio coruñés del Castrillón.
Ahí podemos ver una interminable rampa, sin ningún tipo de meseta de descanso, y que desemboca en una explanada tambien inclinada frente a la puerta.
E igualmente, no hay ningún espacio horizontal para parar, girar la silla y volver hacia atrás.
Y como se ve fácilmente, la excusa no puede ser la falta de espacio.
¿Que solución se podría adoptar aquí? Eliminar esa rampa eterna e instalar un salvaescaleras o una plataforma elevadora.
Es mucho más rápido, cómodo y seguro. E incluso se aprovecharía la obra para dejar una pequeña terraza horizontal delante de la puerta.

Otra situación similar, ya a menor escala, la tenemos en la entrada del siguiente edificio:

Aquí nos encontramos otra vez con que para entrar en el portal, el minusválido en silla de ruedas debe detenerse en una pendiente para abrir la puerta, lo que como ya hemos dicho, es una maniobra incómoda y complicada.
Y ahora nos vamos a un espacio público.
En las siguientes imágenes tenemos el acceso a una plaza peatonal ubicada en la Avenida de los Caidos, en Coruña.

Como se puede apreciar, la rampa es totalmente inaccesible.
La pronunciada pendiente la hace impracticable, no sólo para minusválidos, sino para cualquier persona que deba empujar un carrito de bebé, por ejemplo.

Al menos le pusieron unas muescas horizontales, para que no fuera muy resbaladiza, pero se olvidaron del detalle de que no estaban construyendo un tobogán, ni una rampa de lanzamiento, sino una rampa para personas con problemas de movilidad.
Si subir por ahí ya resulta imposible, bajar es salir disparado hacia la carretera.
¿En qué pensaban quienes proyectaron la obra?¿Se va a reformar algún día para hacerla más accesible?
Esas rampas muestran la poca sensibilidad existente hacia el colectivo en silla de ruedas.
Y no hay excusa admisible, pues en la gran explanada de la plaza hay espacio de sobra para corregir la rampa y darle una pendiente cómoda, para que de esa forma el lugar se convierta en un sitio accesible para todo el mundo.
Siguiendo con este pequeño muestrario, vayamos ahora a un edificio público.
En la imagen siguiente tenemos la entrada a la bilblioteca pública de Coruña «Miguel González Garcés«. Como observamos, hay un correcto rebaje en la acera para facilitar la subida a los minusválidos que cruzan la calle, pero.. ¿Por donde entran en la biblioteca?

En todo el frente de la biblioteca existe el escalón que se aprecia en la imagen. No se ha ejecutado ni una triste rampa.
Y no vale eso de «-Si que hay acceso para minusválidos. Pero tiene usted que dar la vuelta al edificio.
Allí, en la fachada trasera, junto a los contenedores de basura, allí tiene usted una puerta por donde le será más cómodo entrar»
A continuación, otro ejemplo más.
Entrada de un edificio situado en los Cantones, con un inmenso soportal en donde ejecutar una rampa en condiciones.
Pues no. Aquí la solución (esperemos que solo de momento) es una cutre-rampa impracticable, que lo único que provoca es verguenza ajena:

Por favor, encarguemos las obras a auténticos profesionales. A gente que sabe lo que hace y para qué se hace.
Otras imágenes sobre la mala eliminación de barreras arquitectónicas en el interior de edificios
Aunque no se aprecia demasiado bien, dentro del siguiente portal hay instalado un salvaescaleras para minusválidos.

Estos aparatos están diseñados para garantizar que una persona en silla de ruedas pueda salvar el tramo de escaleras de forma autónoma, sin ayuda de nadie.
El usuario se sube con su silla a la plataforma, y ésta le lleva suavemente al final de la escalera.
Ahora bien, ¿de qué sirve que pueda salvar las escaleras interiores si frente a la puerta tiene un escalón?
Esa persona nunca podrá entrar y salir del edificio por sí solo. Va a tener que esperar por alguien que le ayude a subir/bajar ese peldaño, por lo que el problema de la accesibilidad del portal sólo se ha solucionado en parte.
Entre las soluciones posibles, realizar una pequeña rampa para salvar el escalón. O rebajar el portal hasta la calle.
El inconveniente: cuesta dinero. Pero para eso la administración concede ayudas.
En la siguiente imagen, otra rampa imposible dentro de un portal.

Esas rampas realizadas por «resolver la papeleta» y salir del paso, la verdad es que parecen una tomadura de pelo.
La pendiente de la rampa debería tener un 12%. ¿Cuanto tiene la de la imagen? ¿Un 40%?.
Posibles soluciones: Ya que el portal es largo, hay espacio de sobra para construir una rampa más suave sin problema.
Incluso podrían haber eliminado esos peldaños y dejar una rampa con pendiente casi inapreciable a lo largo de todo el portal.
Lo que han dejado es una solución incómoda y peligrosa, tanto para la gente minusválida, que no les han resuelto el problema, como para la gente que camina normal, pero que tendrá que irse fijando donde pone el pie al bajar.
Lo correcto sería que la rampa cubriera también todo el ancho del pasillo. Esos mini-peldaños lo único que hacen es entorpecer la subida.
Es decir: rampa más larga y ancha + Sin peldaños = Portal más cómodo y accesible para todos.
Y sobre el siguiente portal, mejor no hacer comentarios…

La viñeta siguiente refleja una colaboración entre técnicos de la obra y usuarios minusválidos, nada más terminar la reforma del portal.
Debería ser obligatorio y exigirlo la administración :-).

Y si no es posible, por falta de espacio, ejecutar una rampa, siempre nos queda recurrir a otro tipo de soluciones…
Soluciones mecánicas: Plataformas y sillas salvaescaleras
Es la solución adoptada cuando la obra para acondicionar el portal y eliminar las barreras arquitectónicas es excesivamente cara o complicada de realizar.
Entonces se acude a la instalación de aparatos que facilitan el acceso de un minusválido a su vivienda.
Actualmente se están instalando bastantes plataformas salvaescaleras en portales de edificios. En una anterior entrada comenté algunas que se pueden observar en Coruña.
Pero hay otras ocasiones en que el portal es tan estrecho que no hay sitio para poner esa plataforma salvaescalera, por lo que se opta por un mal menor: poner una silla salvaescaleras.
Y digo un «mal menor» porque ésta solución no resuelve totalmente la accesibilidad.
En una silla elevadora, el minusválido va a necesitar que alguien lo ayude a levantarse y a sentarse.
Y luego, mientras él asciende sentado por el tramo de escaleras, otra persona tiene que ir detrás cargando con la silla de ruedas, para volver a ayudar a cambiar de sitio al minusválido una vez que ha llegado arriba de la escalera.
Diferencias entre plataforma salvaescaleras y silla salvaescaleras.

Comento brevemente la diferencia entre estos aparatos:
#1. Plataforma salvaescaleras
Se diseña para que un usuario en silla de ruedas pueda salvar el tramo de escaleras de forma autónoma, sin ayuda de nadie.
Simplemente pulsando un botón, se abate la plataforma sobre la que se sitúa el minusválido sin tener de moverse de su propia silla.
Al llegar al final de la escalera, la persona sale con su silla de ruedas, y la plataforma se pliega ella sola contra la pared, para no ocupar espacio de escalera.
#2. Silla salvaescaleras
Ocupa menos espacio que la plataforma, y es más barata.
El inconveniente es el indicado arriba. La persona de silla de ruedas nunca podrá subir de forma autónoma. Siempre necesitará de alguien que le ayude a pasar de una silla a otra.
Y finalmente, como hemos hablado en un anterior artículo, tenemos otra tercera opción «motorizada», que es instalar un elevador vertical.
#3. Elevador vertical para minusválidos
Las características de este aparato permiten al usuario en silla de ruedas utilizarlo de forma autónoma. Sin ningún tipo de ayuda externa.
Es más rápido y cómodo de usar que una plataforma elevadora. Funciona como un ascensor normal y corriente, pero para recorridos cortos, tal como se aprecia en la siguiente imagen.

Y hasta aquí la pequeña recopilación de malas ejecuciones y posibles soluciones a los problemas de accesibilidad detectados.
Y ahora, si alguien quiere consultar la normativa gallega al respecto, tenemos la nueva..
LEY 10/2014, de 3 de diciembre, de accesibilidad.
Que nace con la intención de adaptar nuestra vigente Ley de hace 15 años a las normativas españolas y europeas. Es otro paso adelante hacia el fin de eliminar las barreras arquitectónicas y garantizar la accesibilidad universal de todos los ciudadanos.
Esta nueva Ley será de aplicación en los espacios públicos urbanizados, infraestructuras y edificaciones.
También en transportes, telecomunicaciones y sociedad de la información, así como en los bienes y servicios de las administraciones públicas.
Una de sus novedades reside en la nueva propuesta para mejorar los itinerarios accesibles, en diseño y en señalización, tanto en entradas de edificios como de garajes.
La nueva norma viene a especificar textualmente que: » Los accesos a todo edificio deberán garantizar la accesibilidad al interior de los mismos mediante itinerarios accesibles fácilmente localizables que lo comuniquen con la via pública y con plazas accesibles de aparcamiento«.
Buenas intenciones. Ahora, como siempre, falta esperar que se cumpla y sea tenida en cuenta en las futuras obras, reformas, y acondicionamientos de lugares.
El texto, que entrará en vigor a partir del 15 de Marzo de 2015, puede consultarse en el Diario Oficial de Galicia del 17 de Diciembre de 2014.
Mientras tanto seguirá en vigor el Decreto 35/2000, de 28 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo y ejecución de la Ley de accesibilidad y supresión de barreras en la Comunidad Autónoma de Galicia.
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Deseando que te haya resultado interesante este artículo sobre errores de diseño en eliminación de barreras arquitectónicas en edificios de Coruña, ¡un saludo!